martes, 10 de abril de 2012

Abrir la ventana y saltar al vacío.

Suicidar tus sentimientos para empezar a vivir algo que en verdad no es real.

Sentir que caminas sobre la arena en la playa de tu vida, esa playa donde nunca dejas huella porque el mar siempre las borra y en la que por mucho que grites nunca nadie te responderá.
Donde el sol no puede calentar a un cuerpo frío y donde un alma perdida no puede soñar.
Niña de piel fría que juega con unos huesos intentando recomponer un cuerpo al que le falta lo que ella busca... un corazón latiendo a la velocidad de la vida.
Se hace de noche y mira el horizonte, se encuentra algo cansada y aparece desmayada a la mañana siguiente sin saber bien que ha pasado.
Ya nada era como ella había imaginado, no estaba en una playa.
Pero... ¿Cómo era posible que lo hubiera soñado? La única forma de dormir sin soñar es estando muerta...

Muchas veces el vacío al que nos lanzamos no es tan "vacío" como pensamos, ni la soledad es tan solitaria... El frío puede entrar en calor y los sueños pueden hacerse realidad.

...Su sueño se hizo realidad,
no volvió a soñar nunca más
y durmió eternamente...

Kris. M.