miércoles, 28 de diciembre de 2011

Mira la vida como te sorprende.

Hoy me senté en un banco y me puse a observar, la gente parecía tener prisa, parecía ir de un lado para otro sabiendo a donde se dirige su vida y yo ahí sentada sin saber a donde ir. Los ojos se me llenan de lágrimas al recordar el momento en que dejé de correr y el momento en el que deje de saber a donde se dirigía mi vida.
Sola en una esquina, sola como siempre lo he estado. Muchas personas que te acompañan pero a la hora de la verdad todas desaparecen, ninguna se consideraba importante en tu vida.
Nunca me tendieron la mano en el día que lo necesitaba y por eso ahora me encuentro aquí sola, marginada en medio de esta larga calle, castigada por pensar diferente, por querer ser diferente.

Kris. M.