sábado, 20 de diciembre de 2014

Personas impropiamente dichas.

A veces no todo es oro lo que reluce, simplemente aprendemos a aparentar algo que no somos.
Intentamos hacerle ver a la gente que somos felices, que nuestra vida brilla de lejos, cuando en verdad desde cerca es una gran caca con purpurina. 
Así es la vida, por muy rodeado de gente que estemos en verdad estamos solos... Nacemos solos y morimos solos. Creemos que al aparentar tener una vida de ensueño seremos mejores, pero en realidad solo nos hacemos mas infelices, sin cumplir nuestros verdaderos sueños y metas, siendo alguien que no existe.
Es ahí cuando nos damos cuenta que nuestra caja de cristal ahora se ha vuelto opaca, que las paredes son frías y ya no se ven ni los pensamientos. No hay puertas de salida, la vida se acaba cuando menos te lo esperas y te encuentras ahí, con miedos, rodeado de silencios que gritan todos tus fracasos y te preguntan donde están las cosas que brillaban tantos.
¿Quién estará ahí para recogerte del suelo cuando el invierno toque tu puerta? El frío recorrerá tu cuerpo, te arrastrará y te abrirá las heridas del pasado, te darás cuenta que no fuiste nada de lo que quisiste ser y lo que dijiste que eras no existe. 
Seres desnudos, moribundos por un mundo de frivolidad donde todos llevan una careta... ¿Cuál es la tuya?

Kris. M.