lunes, 21 de enero de 2013

Entre las sábanas.

En la cama sin saber para que lado girarme, en un instante un puñal me atraviesa el estómago y el dueño de mi conciencia aparece de nuevo abriendo las heridas de mi brazo, siempre culpable de cada mal acto. El pecado es la tentación cumplida, es el deseo consumido, esa ansiedad que se come la nevera en vez de comerse el mundo.
Y te encuentras rodeada de sangre la cual te hace dudar si aún te encuentras viva, lloras por no seguir desgarrando partes de tu asqueroso ser.
Comienzas a temblar, tienes frío, sientes frío, estás nerviosa, tan sólo quieres dormir y no volver a despertar. 

Kris. M.